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¿Vale la pena hacer propósitos de año nuevo?

De seguro, cuando leas este artículo habrán pasado ya algunos días, quizá semanas o meses desde que el año nuevo inició.
No sé si aún recuerdes el propósito o los propósitos que te pusiste para este año nuevo. Es más, no sé si te hayas puesto alguno.

Puede que tu caso sea el último, que cansado de que cada año te ilusiones con el “empezamos año nuevo, borrón y cuenta nueva, hora de ponerte todos los propósitos que quieres”, para que al llegar al quinto día ya ni recuerdes que tenías uno, o que a escasas horas o minutos de haberlo hecho ya lo rompiste.

Lo más increíble es que este ambiente negativo en contra de ponerte un propósito abunda en las redes sociales, se vuelve trending topic y se hacen memes al respecto.

Es entonces que surge la duda: ¿Vale la pena hacerlos? La respuesta ya la sabes en el fondo de tu corazón, aunque hay que decirla en voz alta: SÍ. Un rotundo sí.

El comienzo de un año es un momento en el que nos sentimos que todo tiene un nuevo comienzo porque es un año nuevo, pero realmente, cada día, cada instante es un volver a empezar. Hay que encontrarle un sentido al tiempo en el que vivimos para animarnos a mejorar, a cumplir nuestros sueños.

Ahora bien, el motivo por lo que fallamos en nuestros propósitos de año nuevo es porque pensamos en lo que nos gustaría, y no en lo que realmente queremos.

Existe una gran diferencia el pensar en aquello que quieres lograr de manera vaga y en un futuro, a pensar que tienes una meta que quieres cumplir. Esta simple diferencia hará que diferencies tus propósitos de año nuevo con tus “me gustaría”.

Al tener bien claro lo que quieres conseguir en ese año, empezarás a ponerte metas, resoluciones prácticas y concretas. Además, tendrás que encontrar los motivos por lo que lo quieres, los modos de lograrlo, y te pondrás fechas, por lo que con cada uno de los propósitos responderás a simples preguntas: qué quiero, por qué lo quiero, cómo lo voy a lograr, para cuándo, qué medios tengo que poner para alcanzarlo.

Haciendo esto, verás que tus propósitos comienzan a ser realidades en tu vida. Te darás cuenta que dejan de ser simples “me gustaría” para que sean un “quiero”.
Ahora, lo que tienes que hacer es: TU PROPÓSITO.

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